jueves, 14 de octubre de 2010

No views is good views

Marionetista que la marioneta
fuerza a aletear como una mariposa,
meta remota, llaga o postemilla,
churunflo (virgulilla) que la eñe
orna sinusoidal: así, el espacio
de una linear transform dictó la clave.

Y él anotó prolijamente
con lápiz en un bloc apolillado.

El bigote alistó contra la veta
quien artífice fuera del Mahor,
y, en su graciosa nave, bicicleta,
por los añejos de la route du vin,
juró en silencio exterminar las villas,
quemar las llaves, masticar despacio.

Fue a principios de siglo,
o a mediados, no sé.

Un signo del sobaco, mal y pronto,
bípeda lambda misericordiosa,
del Helesponto al Hades lo condujo;
no frenó su hemorragia cerebral,
charco rosa macabro. Final brujo,
truco de magia no, sino de horror.

Gato encerrado en su cosmovisión,
cuántico o nazi o populista o facho.

De sesos salpicó -Tómate el buque,
guanaco circunciso.- con el láser.
No se permite conciliar el sueño
con pelos y señales de la guerra,
burós polacos, huesos, pánzers, fosas,
ni variables sin dueño libertar.

¿Pero cómo decírtelo?

Por la cuenca del indio boga, boga,
la combi blanca de papel picado,
la doctrina eficaz, la tos convulsa,
la droga que esclaviza.

La garganta cerrada como un táper
y de tanto llorar.

La nota musical que nadie escucha.

La vejiga revienta.

Y, al fin, abrir la tapa y orinar.

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